Juega al poker en Azartia

jueves, 22 de noviembre de 2012

Diario de Tailandia: Phon Phisai

 ¡Hola!

Llevo ya casi dos meses en Tailandia. El primero lo pasé en Phon Phisai, un pequeño pueblo en el noreste del país, en la misma frontera con Laos. Después vine a Phuket, donde llevo 3 semanas y espero que no mucho más, y creo que me iré a Chiang Mai y Bangkok. Realmente no tengo demasiado decidido, me queda un mes en el país y acepto cualquier sugerencia.

Me gusta mucho Tailandia. Desde cómo te trata la gente, lo barato que es todo (en Phuket no tanto), el clima (en Burgos mis amigos y familia están a 5ºC), la comida thai, la libertad de hacer lo que quieras en todo momento,... Y además siento gratitud por cómo me ha recibido la gente, desde Álex, que me acogió en su casa de Phon Phisai, hasta los pros de aquí, que me invitaron a su mansión durante unos cuantos días.

¿Y el poker? Creo que está yendo razonablemente bien. Llevo jugadas 38k manos a 7.30 EVbb (más de 12 reales, fuck yeah); teniendo en cuenta que llevaba un año sin jugar prácticamente nada, y el entorno relativamente duro que son las .es (por lo menos en PokerStars), estoy contento con los resultados. Me gustaría cambiar mi dirección de las salas para poder jugar en las salas .com, pero de momento no lo he conseguido.

Y eso es todo, creo que estaré unos pocos días más por aquí y despues me iré a Chiang Mai, para terminar el viaje en Bangkok. Me gustaría grabar otro vídeo review de Phuket, pero no sé qué contar y qué no, porque la verdad es que hay un montón de anécdotas guapas, pero como dijo alguien de aquí que gana mucha pasta en las mesas, "lo que pasa en Phuket se queda en Phuket".

¡En fin, eso es todo! Subo un vídeo que grabé un par de días antes de marcharme de Phon Phisai, así que de eso hace ya casi un mes. Espero que os entretenga, ¡hasta pronto!


viernes, 24 de agosto de 2012

Diario de Las Vegas: Happy birthday

Estoy en Las Vegas, estos días había pensado en ir contando cosas en el blog, pero las dos primeras noches, en que dormí en sendos hostales (en Madrid y en un sitio perdido de California), acabé cansadísimo y sin ganas de escribir. Y como ahora no tengo ganas de teclear, subo un vídeo en el que cuento algunas pinceladas del viaje (me he dejado de contar muchas cosas y anécdotas, como el gordo clavadito a Sam Tarly -el amigo de Jon Nieve, de Juego de Tronos- que me hizo compañía en el aeropuerto mientras tocaba la guitarra, cómo la azafata de US Airways foldeó a mi 3bet en su intento de que facturara la guitarra, pero estaba recién levantado).

Espero que os entretenga,

¡Un saludo!



domingo, 8 de julio de 2012

Diario de Estoril: Lisboa

Nada estaba yendo como esperaba: no había podido jugar más que 2 días al poker (el segundo día sólo había un abuelete y acabé even), en una mesa de 5/10, y en Lisboa tampoco había cash. Me estaba aburriendo en Estoril.

Pero llega un momento en que te das cuenta de que estás en un país extranjero (un poco mierda), en el que el propósito principal del viaje, jugar al poker, y el secundario, bañarte en el mar, son inviables (el del mar, por el frío glacial de las aguas atlánticas); y decides que te lo vas a pasar bien.

Así que pasas de todo, coges tu petate, y te largas a Lisboa. Usas el transporte público, ya que aunque la lógica y el bank dicten lo contrario, te quieres retar a ti mismo. Al principio sientes cierta incomodidad ante lo desconocido, pero poco a poco te vas dejando llevar.

Llegas a la estación de Cais Sodré, te mimetizas con los turistas, y al poco te sientes un mochilero más. De nuevo decides que el taxi no va contigo, así que empiezas a preguntar a la gente, que habla fatal el castellano pero es muy simpática, y tras dar el coñazo a un par de autobuseros y una recepcionista bastante atractiva, averiguas que tu autobús es el 734. Te subes y te imaginas que es un autobús turístico, y disfrutas con las vistas que se te presentan, como este original graffiti de un edificio abandonado cerca del centro de Lisboa:




Tras 20 minutos en el autobús y 10 más andando, llegas a tu hotel, un 4 estrellas muy agradable, pero a varios kilómetros del centro. Te das un baño en el jacuzzi para organizar tus ideas, coges la mochila, preguntas al recepcionista por la parada de metro más cercana, y al son de los bendings de armónica, Hey there Delilah, te diriges a ella. No sabes muy bien qué vas a hacer porque no has planeado nada, pero sabes que lo vas a disfrutar. De nuevo aparece el hormigueo en el trayecto ante lo desconocido, pero también sabes que se pasará pronto.




Te bajas en Restauradores, en el casco viejo de Lisboa, antes de lo que hubieses pensado, y miras. Paseas tranquilamente. Te das cuenta de que viejo quiere realmente decir viejo, se respira cierto aroma decadente. Has leído en Internet algo sobre la mejor heladería de Portugal, y tras recorrerte medio casco viejo fluyendo con la gente, y preguntando a muchas personas -una de las cuales te da una dirección errónea, pero a ti no te importa- y a varios camareros que te sugieren que te sientes a cenar, por fin unos viejetes que están cerrando una ferretería saben de qué heladería hablas.

Eres indeciso por naturaleza, por lo que le pides a la camarera una sugerencia. Te recomienda el helado de fresa con algo que no entiendes. Le sigues un poco el juego, te sueltas, y al poco la camarera no deja de sonreír. Mientras te sorprendes, te va ofreciendo varios helados para que pruebes, todos ellos exquisitos. Acabas tu pedido y te marchas. Has leído en cierta página que esta gelatería tiene los mejores helados de Portugal, y lo cierto es que el está muy bueno.




Te tomas tu cucurucho en una calle muy transitada, y al caminar te topas con un músico que está tocando para la gente que cena en los caros restaurantes de la calle. Te apoyas en una farola y comienzas a escucharle y a observar meticulosamente cómo mueve la púa, cómo va moviendo los dedos entre los trastes.

Suenan los acordes menores de Nothing else matters. Cuando acaba le pides una canción de Bob Dylan, a ser posible que lleve armónica. Empiezan a sonar los acordes de Like a rolling stone y, mientras le grabas, te asaltan ofreciéndote hachís (Starlux) y marihuana (menta poleo). Tú ya no fumas esa mierda, y además no quieres ser el enésimo turista estafado, así que les mandas a la mierda mientras tu atención se dirige de nuevo hacia ese músico con voz nasal, armónica al cuello y percusión en el pie. Acaba Like a rolling stone, le dejas unas monedas y una sonrisa, y suena Wonderwall mientras tú te marchas.

El músico lisboeta tocando Like a rolling stone:



Minuto 00:26, aparecen sonrientes los estafadores, material en mano y totalmente despreocupados, dispuestos a perturbar mi paz interior


No sabes muy bien adónde, pero sí que quieres cenar algo, y, mientras caminas, comienza el asalto. Al parecer la nueva moda en Lisboa consiste en estafar a los turistas vendiéndoles droga, o algo parecido a ella, probablemente legal y útil para condimentar un buen caldo. 5 ó 6 camellos estafadores en menos de 10 minutos alteran tu paz interior y de nuevo despiertan los temores. Así que buscas un sitio de bocadillos, donde una ajetreada jefa te atiende de forma poco amable, pero no te importa demasiado. Pides una ensalada, pagas, y te marchas.

En el andén del metro le preguntas a una chica si es por aquí por donde se va a Praça de Espanha, y te dice que sí. Le dices que si está segura, y con una sonrisa amigable y algo vergonzosa te vuelve a decir que sí. Sales del metro y estás algo desorientado -no te sueles orientar muy bien callejeando-, pero poco a poco consigues ubicarte. Llegas al hotel, de nuevo armónica en mano y tratando de repetir por el camino las melodías y los bendings (¡qué maravilla de sonido!) del músico de voz nasal en la versión de Dylan que ha interpretado, cenas viendo a Fernando Alonso exhibirse bajo la lluvia, te duchas y te pones a escribir.

Piensas en que mañana puede ser otro gran día, en el que hagas de lo sencillo algo extraordinario. Te alegras porque vas a ir a ver fishes (de los que no juegan a las cartas), y el resto del día lo desconoces... y hasta te agrada.

miércoles, 4 de julio de 2012

Diario de Estoril: Oxidado


Estoril, Lisboa. No sé cómo he acabado aquí, pero hace cosa de un mes y algo, con una regulación inminente y la carrera a punto de terminar, decidí que el próximo año haría varias de las cosas que más me gustaban: jugar al poker (no trabajar, más bien) y viajar a sitios con buen clima y playa. Había decidido que quería emigrar.

Comencé a valorar diferentes objetivos, considerando diversas variables: clima (incluyendo playa), nivel de vida, posibilidad de jugar al poker, comida, seguridad y colonia de poker. A casi todas mis opciones favoritas les fallaba algo: a Reino Unido el clima y la comida, a Estados Unidos la prohibición de jugar online (lo mismo que a Italia), a Sudamérica en general la seguridad.





De mis siguientes opciones, quedaban Malta, Europa del Este (de nuevo el clima), que tampoco me convencían, pero por otro lado se abría una posibilidad que había contemplado hacía algún tiempo: Tailandia. Más en concreto, Phuket.




Tailandia no tiene prohibición de facto; ya que, aunque el poker online está prohibido, de hecho no debería haber mayores problemas para jugar en un país en  el que las salas de poker no ponen restricciones a los jugadores y el Estado nada hace para impedirlo. El nivel de vida es bastante bajo (no tanto en Phuket), tiene un clima estupendo –casi inmejorable, con unas playas paradisíacas- y hay una colonia de jugadores considerable (sobre todo europeos y estadounidenses, más algunos españoles). La seguridad es buena, si exceptuamos a la policía, considerada organización criminal por Naciones Unidas.

Para ello, necesitaba un bank holgado que, en caso de salir mal la aventura, me permita varias salidas. Y lo cierto es que tengo todavía un colchón cómodo, pero llevo un año sin apenas jugar al poker y gastando dinero, y me gustaría devolverlo a cotas más altas.

Así que me planteé vías de financiación para este verano y, como digo, con la regulación en marcha, se me ocurrió algo que de nuevo me permitía dos de las cosas que más me gusta hacer: ganar al poker y viajar, a ser posible a sitios con playa.

Estoril

Estoril es el primero de ellos. Realmente no sabía mucho de su Casino, más allá de que sea el más grande de Europa. Llegué ayer, no sin ciertas peripecias viajeras, de nuevo desafiando al tiempo en mi carrera Burgos-Madrid, y a lo desconocido al escoger la vía del transporte público en lugar del cómodo taxi. Por suerte esto no es Túnez, y preguntando a la gente, muy amable toda ella, y cogiendo un autobús que parecía que no llegaría nunca y un tren cercanías (en total 4.30€), me planté en mi hotel, una extraordinaria acomodación por 44€ la noche, dispuesto a llevarme el dinero de los locales.
Al poco de llegar me entero de la primera mala noticia: esto no es un Las Vegas made in Europa. Yo que pensaba jugar un par de sesiones diarias veo que va a ser imposible, ya que es un Casino más al uso, con su horario nocturno (a partir de las 21.30).


El Casino de Estoril, desde la terraza de mi habitación


Después de preguntar en el Casino, que está a 40 metros de mi hotel, me quedé dormido por lo duro del viaje, me desperté a las 23.00 y me bajé al Casino. Cuál es mi sorpresa cuando veo que sólo hay una mesa abierta, en la que por cierto había dos sitios libres. No obstante, ver a un señor mayor sentado en la mesa me da cierta alegría. Pero la triste realidad es que he recorrido 800 km para llegar a un sitio donde sólo hay una mesa, y encima es de 5/10, bastante más alto de lo que quería jugar en un principio, ya que llevo un año en que prácticamente no he jugado nada y estoy muy oxidado.
Jugué unas cuantas manos, y las anoté todas en el iPhone, de las cuales 3 de ellas están mal jugadas, y una de ellas horriblemente jugada.  Voy a relatar los 3 botes más grandes.

En el primero, tras entrar con el mínimo a la mesa, 300€,  y llevar 5 manos en la mesa, raiseo a 45€ el limp de un fish desconocido, recibo 2 calls y un 3bet a 190€ de un live pro español bastante conocido, campeón de España si no estoy errado. Decido que su rango es bastante fuerte (¡qué rango de 3bet en vivo no lo es!), pero que con las toneladas de dead money no me tiro ni loco. Pusheo, y cuál es mi sorpresa cuando uno de los dos jugadores que ha hecho coldcall decide hacer cold call otra vez. El pro español no puede 4betear porque mi raise no es del doble, y se monta un bote de unos 900€ preflop. Si ya me asustaba poco el squeeze del pro español, encima recibo un cold call a un 3bet. Estoy muerto.

El flop cae 752 con dos tréboles, el live pro español hace check, y el coldcaller pushea, a lo que el pro instafoldea. Yo pido un 8 que no cae, ya que se dobla el 2 y cae una Q, que completa el proyecto de color del flop. Pregunto que quién tiene que enseñar, me dicen que yo, y muestro mis ochos, que ante mi sorpresa son buenos. Pienso en hacer hit n run, pero como veo mucho limp me quedo un ratito más a la mesa.

Pasa el tiempo y estoy con unos 800€ tras hacer ROL a 80€ con TT, recibir 3 calls, y check/foldear un flop A53s, y foldear AJo tras un 3bet de un abuelete que me enseña un A y me dice que lleva AK.
En la segunda mano reseñable abro A4s en MP, recibo 3 calls, incluyendo SB y BB. El flop es 763r, y en un bote de 100€ meto cbet de 65€. SB se lo piensa un poquito y me hace call, los demás se tiran. En su rango estimo multitud de draws de escalera: 98, T8, 85 y gutshots a cascoporro. Ante todas ellas voy por delante. También parejas de mierda y parejas + gutshots. Si el turn es un T o superior le va a caer segundo ladrillo. Cae una J, e instamete 100€ en un bote de 230€. Le quedan por detrás unos 270€ más, y decido que como su rango está lleno de draws y algunas second pairs o third pairs que puedo tirar (esto es el vivo y la gente te da mucho crédito cuando se trata de ir all-in), así que decido pushear. Se lo piensa un minuto largo y me paga con, oh, surprise… QJo! LOL No completo una mierda y bajo a 400€. No me parece mal jugada, y mi percepción de que su rango era muy flojo era acertada.

Tras subir otra vez a unos 600€ a costa del primer abuelete y un segundo que se une a la fiesta, y ciertos sube y bajas que me tildan un huevo, llega la mano del día. Estoy tildado como un mono. Estoy tildado porque sé que estoy jugando mal, porque un abuelete me ha literalmente outplayeado en una mano, porque el stake me hace estar incómodo, y porque no he enganchado nada decente en toda la noche.

Tengo 600€. Me llega la mano abierta a 30€ por un jugador en MP. Lo tengo catalogado de semifish, aunque hacía poco limp pre, y abría razonablemente (con un OR aparentemente lineal), así que tiraba más a live pro que a semifish. Tengo 99, y 3beteo por valor a 100€ para que no se me meta ningún abuelete por detrás. Por suerte todos foldean y el semifish hace call tras pensar un poquito. El flop es K82s, regular tirando a malo, ya que estimo mil broadways  suitadas y pockets en su rango, y los reyes entran de lleno. En un bote de 215€ meto 125€, decidido a pagar su push porque creo que me va a pushear todos los draws de color y con un SPR de 2.5 prácticamente estoy obligado a pagar si voy por detrás. Sorprendentemente recibo “peores” noticias, ya que sólo me paga. En el bote hay 465€, me quedan 360€ y el turn dobla el 2, sin completar el proyecto de color. En su rango hay reyes, alguna pocket, algún 8 y no sé hasta qué punto proyectos de color.

Y aquí es cuando cometo el error grave del día, ya que tengo un check behind facilísimo. Pero no sé por qué tiro más su rango hacia 8´s que me pueden pagar, draws de color y alguna pocket ocasional como TT-JJ que puedo llegar a tirar. Sí, acabo de decir en la misma frase que me puede pagar con ochos y tirarse de JJ-TT, algo que es completamente absurdo, pero como digo estaba tildado y mi línea de pensamiento era totalmente estúpida. Así que finalmente pusheo y tras pensar unos 4 minutos, en que me puse bastante nervioso, algo que no me pasaba en vivo desde el check/push con aire en el EsPT de San Sebastián, acaba pagando con… QQ!

A un cuarto de hora de que se acabe el poker (lo cierran a las 2.45) cabo el día sin jugar una mano más, 300€ abajo y con un tilt bestial por lo mal que he jugado.

¿Cómo debería haber jugado la mano?

El 3bet pre me gusta, porque como digo va a tender a pagar de más con muchas manos que van a missear y foldear. El tamaño me parece algo excesivo, 90€ habría estado mejor. Con 215€ en el flop y unos 500€ detrás, la línea std habría sido 80€ en el flop, check behind en el turn y decidir en el river. Probablemente foldear ante más agresión contra ese villano en concreto y contra casi todo el mundo en vivo. Tal cual jugada hasta el turn, el check behind es facilísimo y muy probablemente la broma se habría quedado ahí (check-check river) ya que aunque en el river él tiene una value bet como un templo, estoy seguro casi al 100% de que habría hecho check.

Me noto oxidado, he estado jugando online y con resultados bastante buenos, de hecho en febrero-marzo eché unas 15k manos ganando a ritmo bastante bueno y con muy buenas sensaciones, quizás no al nivel del verano pasado, donde literalmente reventaba las mesas y tenía una estimación de rangos, estimación de mamoneo y líneas postflop muy buenos, pero sí a un nivel muy decente. Pero me noto oxidado, sin pensar durante las manos de forma clarividente como acostumbraba.
En fin. Me enteré, entre tanto, que hoy lo que se va a jugar en el Casino es Omaha 5/10, y que 2/5 sólo lo hay los findes, lo cual es una mierda porque yo el viernes me voy a Lisboa 2 días, y el lunes me vuelvo a Burgos. Pero mañana estaré dando guerra otra vez en el 5/10, y esta vez sí, si no me veo cómodo con 50+ ciegas con ese stake, me marcharé a dormir.

De Estoril no puedo contar mucho, la playa está altísimamente ocupada, el tiempo que está haciendo es muy bueno, pero el agua está congelada, he aguantado 30 segundos y he tenido que echarle valor para meterme entero.

Y esto es todo por Estoril, mañana intentaré hacer una ruta por la zona, para lo cual tendré que o bien alquilar un coche o ir en el tren cercanías, ya me informarán.

Espero que os haya gustado a los que hayáis llegado hasta aquí.

miércoles, 18 de abril de 2012

Túnez


Hace ya meses que tenía planeado este viaje con mis compañeros de clase. Salíamos ayer (lunes) por la tarde, pero el domingo, jugando con mi equipo de fútbol sala, me lesioné estúpida e inoportunamente. Me torcí el tobillo y me hice un esguince. Parte del viaje a Túnez (3 de los 7 días, los primeros de la estancia en el país) los íbamos a pasar en el desierto tunecino, adentrándonos en el despoblado y desértico sur del país.


                                               Mi tobillo esta mañana

Tenía que tomar una decisión en poco tiempo y mi estado anímico no era el mejor. Durante la tarde del domingo estuve considerando la opción de quedarme en casa, pero al final, entre la opción de no viajar y la de hacerlo, opté por una tercera: iría a Túnez; pero, mientras mis compañeros se adentraban en el interior del país, yo me quedaría en un hotel de Hammamet, lugar turístico al que ellos acudirían el jueves.


                                                           Túnez


Nos despedimos ayer por la noche, ya que ellos salían a las 7:30 de la mañana, y yo me iba a quedar más tiempo durmiendo en el hotel del circuito. Así que me puse el despertador a las 11:00 de la mañana con la intención de viajar de Kairouan a Hammamet... y no morir en el intento.

De todos los fieles lectores de este blog en desuso es conocida mi tendencia miedica, y hoy se iban a poner a prueba mis nervios, viajando solo en un país tercermundista como un tunecino más.

Le pregunto a la recepcionista, que por supuesto no habla castellano, y me dice que tengo que coger una louage a Sousse, después otra más a Hammamet, y de ahí un taxi al hotel. La alternativa es viajar en taxi directamente al hotel en Hammamet (unos 80 kilómetros), pero que me va a costar mucho. Le digo que pregunte, llama a alguien por teléfono y me dice que 130 dinares (unos 65€). Le digo que no, que prefiero ir en louage.


                                                Una louage tunecina


Así que salgo del hotel, y comienza la aventura. Nada más salir del recinto un taxista me asedia y persigue durante unos 20 metros diciéndome que me lleva a Sousse por 6 dinares. Vengo muy precavido contra las estafas, así que le digo que me deje en paz. Voy a la parada pero ahí no aparece ninguna louage. Veo pasar varias, pero ninguna para. Cuando ya empiezo a preguntarme si la recepcionista realmente no se ha explicado mal, para un taxi y me dice que me lleva a Sousse. Le digo que le doy 5 dinares (error!), me pide 6, le digo que no, que 5, y acepta. Ya montado (tengo que subirme la maleta y ponerla en el asiento de atrás), y al cabo de dos minutos, me pregunta que a qué hotel voy, y le digo que a "louage station". Se le enciende una lucecita y me dice en un inglés pésimo (algún tunecino sabrá realmente hablar inglés?) que la estación está más lejos y que me cobra 7 dinares. Le digo que no lo haga (timarme):


-Don´t.
-7 dinar.
-Don´t do it.
-It´s away from the city.

Así unos dos minutos más, hasta que al final le digo:

-Ok, 6.
-Ok.


Al rato le pregunto que cuál sería un precio justo para ir en taxi a Hammamet, sólo por curiosidad. Me dice que·100 dinares (nota: recordar que antes me pedían 130), y me pregunta que cuánto estaría dispuesto a pagar. Me pongo a pensar en un precio justo: si he visto que por 16 kilómetros cobran unos 8 euros, por unos 60-70 kilómetros deberían cobrarme unos 30, así que le digo que 60 dinares, y me dice: "no, that´s no good prize".


                                      "Ok, 60. But it´s no good prize"


Seguimos el trayecto. No existen las líneas discontinuas y no he visto ni un solo semáforo desde que hemos entrado en Sousse, que, según me cuenta un personaje que aparecerá más tarde, es la segunda ciudad más grande del país. Me empiezo a preocupar, ya que llevamos demasiado rato para la distancia que estimaba estaríamos del hotel, y me recuerdo que estoy en un país de mierda, que aquí la gente viene a complejos hoteleros o bien en visitas guiadas, y no he visto un sólo caucásico en todo el trayecto.

Poco después me dice que él puede llevarme por 80 dinares, y le digo que no, que no estoy dispuesto a pagar más de 60. Me dice:

-80 dinars.
-No.
-80 is a good prize!
-No, 60.
-Ok... 70.
-No, 60.
-But 70 is a good prize.
-I´m not paying more than 60
(otro minuto escuchando su cháchara y diciéndole que no...)

-...ok, 60, but it´s not a good prize.
-Well, I think I could go for 60.

Pero me dice que tenemos que tenemos que ir con su hermano, que él no me va a llevar, y ya me entra de nuevo la paranoia, así que no cierro el trato y le digo que me lleve a "louage station".

Finalmente, no recuerdo por qué, pero por fin estoy al 90% seguro de que no me va a intentar robar/secuestrar/¿violar? xD y en agradecimiento (¿?) le digo que le voy a dar 7 dinares. No parece especialmente agradecido.

Con más que un suspiro de alivio, paramos, y ¡por fin estoy en la estación de louage! Dentro de poco estaré viajando a Hammamet. Veo mucha gente, muchas furgonetas, pero ningún sitio que diga "Hammamet". Veo una puerta que pone "POLICE", y me acerco a ella para preguntar. Veo 2 sillas, una mesa, un teléfono viejo y nada más. Esto pinta bien. Entro en una nave llena de las dichosas furgonetas, y veo unos ventanucos, al estilo de las de los estadios de fútbol viejos. Ahí pregunto a una mujer, la primera persona que parece amable y que no tiene intención de estafarme, y me dice que es en la otra ventanilla.

Tras esperar la cola vigilando mi equipaje, mi mochila y mis bolsillos, y ver cómo un tunecino se me cuela descaradamente, le digo al vendedor: "one ticket to Hammamet" (Nótese que esto es lo más parecido a algo oficial, es como si vas a Alsa a comprar un billete Burgos-Madrid). Me dice "twelve". Yo me quedo extrañado ya que en la pared de la ventanilla no hay ningún billete que supere los 8 dinares, pero como veo que tampoco en ninguno pone Hammamet, no pongo pegas. Me da dos papelitos, no sin antes repetirme "twelve" y esperar a que le pague. Veo que en cada uno pone: "5.025". Voy adonde el conductor de la louage, y me dice que sólo es necesario un ticket porque voy solo, mientras un niño de unos 12 años casi se me echa encima con un paquete de chicles y unos pañuelos. Mientras le digo que no (algo de lo que no parece enterarse), viene una niña que noto que me toca por detrás. Me están estafando, asediando e intentando robar. Todo a la vez. Esto es Túnez.

El conductor de la louage le dice algo a la niña con tono de enfado y ésta se va, pero el niño me sigue. Ya muy cabreado le mando a la mierda y por fin parece que se marcha. El conductor de la louage, el único realmente honesto de todo el jodido hangar me dice que sólo necesito un ticket. Me han estafado. Voy adonde el vendedor y ya de muy mal humor le doy el ticket y le pido 6 dinares. Me da una moneda de un dinar y otra de un valor que desconozco, pero que no parece de 5 dinares (de hecho desconozco si hay monedas de 5 dinares). Tras hacer como que no me entiende durante unos segundos, por fin accede a darme un billete en lugar de la moneda. Me ha intentado estafar 3 veces (precio del billete, número de billetes y moneda de menor valor) en menos de 3 minutos.

Mientras espero a que la furgoneta se llene (8 plazas, y sólo sale una vez llena), viene otra vez el puto mocoso a joderme con los pañuelos y los chicles. Estoy dentro de la louage con la furgoneta abierta, y directamente me pone encima los chicles y los pañuelos de mierda. Se los devuelvo, con tal mirada asesina que comprende el mensaje y se va.

Partimos, no sin antes ver cómo unas 4 señoras vienen a pedir dinero a la clientela. Una incluso repite. Le doy medio dinar a cada una, menos a la que repite. A todo esto, el olor de la louage. Es parecido al de la línea 1 del metro de Madrid en junio, pero no tan sudoroso, sino más rancio. Por suerte, me toca al lado un joven tunecino bastante simpático, pero con muchos problemas para expresarse en inglés. Hablamos. Me cuenta que estudia Económicas en Sousse, que paga 100 dinares al mes por el alquiler, que le gusta el Barcelona (¡y a quién no!) y que se va con un amigo a Hammamet de vacaciones. Tiene un móvil como los que teníamos aquí hace unos 8 años. Se ofrece a llevarme al hotel, ya que le está esperando su amigo en la estación de Hammamet, pero le digo que no educadamente (es insistente), ya que, aunque parece honesto y un estudiante con maleta no es precisamente el tipo de persona que te va a robar/secuestrar/¿violar?, no termino de fiarme de nadie aquí.

Llegamos a Hammamet, se ofrece por última vez y por última vez me niego. Nos damos la mano y nos despedimos, y al poco aparece un taxista. Vengo dispuesto a ser un duro negociador (mi compañero de viaje me había dicho que un precio justo hasta el hotel serían 3 dinares), empezando en 2 dinares y aceptando llegar a 4 -pero tratando fervientemente de quedarme en 3-, pero sorprendentemente el taxista tiene taxímetro. Evidentemente, su taxímetro estará rigged (¡qué no lo está en Túnez!); aunque, por otra parte, me alivia no tener que negociar. Llegamos en menos de 10 minutos y el taxímetro marca 5.240 DT. Curioso, cuando antes he hecho un viaje de casi media hora por 7 dinares, que podían haber sido 5.


                                           Hotel Mouradi Hammamet


Entro al hall del hotel, un todo incluido de 5 estrellas por 46€ la noche, y al poco subo a mi habitación. Viene un botones, a quien le doy 1 dinar (no me quedaban más monedas) y me dice que si le puedo cambiar 3€ a dinares (aproximadamente, 1€ = 2 dinares, así que serían 6 dinares). Le digo que no tengo monedas, que sólo tengo billetes de 5 y 10 dinares (otra cosa: los billetes. ¡Qué billetes! Podrían pasar perfectamente por moneda del Monopoly), y me dice que no me preocupe, que tiene cambio. Así que le digo que vale, que me dé los 3€ (unos 6 dinares) y 4 dinares más, y yo le doy un billete de 10. Pese a haberle dado propina y haberle dicho cuál iba a ser el cambio... oh, ¿qué sucederá, querido lector? Efectivamente, me da 3€ y 3 dinares. Le miro con cara de si se cree que soy gilipollas y le digo que saque otro dinar, y accede.


                                           Billetes de Monopoly tunecinos


Hasta aquí el relato del trayecto Kairouan - Hammamet. He sobrevivido al viaje, y sólo me ha costado 17.5 dinares (unos 8€), de los cuales, 1 ha sido de propina, 1 de estafa pura y dura y otros 2 de estafa semiencubierta. He visto cabras paseando por medio de la ciudad, un gato anoche en el aeropuerto, ovejas degolladas y colgadas del cuello en una calle principal de Sousse, gente (¡montones de gente!) vendiendo nueces y cosas atadas a un hilo colgando de un palo como si fuera una caña de pescar (me dio asco preguntar qué era a mi compañero de viaje) en la autopista de Sousse a Hammamet... he sentido miedo en algunos momentos, alivio en otros. No me gustan los tunecinos. No me gusta la gente que trata de sacarte algo: no son honestos (ayer el conductor del autobús dijo que no hablaba castellano cuando sí lo hacía) ni conocen la verdadera gratitud, y hacen que te pongas a la defensiva (no te queda otra si no quieres que te estafen) y la gente no es amable ni educada.

En fin, hasta aquí el relato del ajetreado viaje, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Cuando vine tenía pensando ir un par de noches a jugar al Grand Casino Hammamet, pero viendo cómo es todo el mundo, la verdad es que se me han quitado las ganas. Ahora queda disfrutar de un todo incluido hasta el lunes. Me voy a comer una pizza y una cerveza. Sed buenos.